Representa el 60% de nuestro peso corporal, es lubrificante para nuestro cerebro y articulaciones y solo podemos vivir sin ella apenas unos días. Efectivamente, estamos hablando del agua. Ahora, en plena canícula, el balance hídrico óptimo de nuestro cuerpo se encuentra en jaque por las altas temperaturas, y el tema de la deshidratación se escucha hasta en la sobremesa. En grado leve puede provocar mareos y jaquecas pero en los casos más graves supone una emergencia médica
potencialmente letal. Entre los remedios de la abuela y los mitos
de toda la vida a veces tenemos dudas de lo que se debe hace para prevenir y reconocer la deshidratación. Resolvemos este embrollo para que podamos terminar el verano lo menos disecados posible.
Todos los líquidos nos hidratan
VERDADERO. Sí, pero no todos hidratan igual.
“Algunas bebidas hidratan mejor que otras dependiendo de su osmolaridad, un parámetro que responde a la composición de la bebida”, cuenta Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública de la
Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro del Comité Científico Asesor del citado Instituto Europeo de Hidratación.. Aparte del agua, esas bebidas son “la leche semidesnatada o desnatada y el zumo de naranja”, explica el profesor. “Pero eso no quiere decir que debamos beber solo esas bebidas. Solo que bebiendo esas bebidas alcanzamos antes el equilibrio o balance hídrico corporal. Nunca deben reemplazar el consumo de agua”, concluye.
Cuando tenemos sed, ya estamos deshidratados
VERDADERO. La sensación de sed aparece tras la pérdida de un ¡1% o 2 % del peso corporal! Para una persona de 70 kilos (de los cuales 40 son agua) representa un litro de agua (2,5% del agua corporal). “Esta deshidratación leve ya disminuye determinadas habilidades del rendimiento mental y físico. Mención especial merecen ancianos y niños que tienen la sensación de sed mermada o no pueden manifestarla”, explica el profesor Lluis Serra-Majem.
"Aparte del agua, las bebidas que más hidratan son la leche desnatada y el zumo de naranja”
Lluis Serra-Majem, catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública
En los aviones no te deshidratas
FALSO. La humedad relativa en la cabina de un avión es muy baja, entre un 5% y un 10% (en un hogar acostumbra a ser superior al 30%) lo que produce “una mayor pérdida de agua a través de la piel y la respiración” explica la doctora Dafna Schorr, médico de familia en Barcelona. Esto no supone ningún problema en un vuelo doméstico de un par de horas pero en viajes de más de ocho es “importante beber más líquidos de los habituales”, continúa la doctora. Desde el Instituto Europeo de Hidratación recomiendan beber 250 ml cada 30 minutos, lo que viene a ser una botellita de agua o algo más que media lata de cualquier líquido no alcohólico.
La orina oscura es signo de deshidratación
VERDADERO. El profesor Serra-Majem lo explica: “A menos que sea por algún alimento o enfermedad, el color de la orina es un buen indicador del estado de hidratación”. Cuanto más oscura sea la tonalidad, según este especialista, mayor concentración de residuos, o lo que es lo mismo, menos agua. Y al contrario: “Si la orina es muy clara también indica un exceso en el aporte de líquidos”, añade Serra-Majem.
FALSO. Buenas noticias para los amantes de la cafeína: pueden seguir tomando el milagroso brebaje matutino o de sobremesa sin problema. Tal y como nos cuenta la doctora Dafna Schorr, “es cierto que grandes cantidades de cafeína producen un efecto diurético con la consecuente pérdida de líquidos y mayor probabilidad de deshidratación. Sin embargo, las bebidas con cafeína que consumimos habitualmente no contienen los niveles necesarios para producir dicho efecto”.
Hidratarnos correctamente evita los golpes de calor
VERDADERO. El golpe de calor es un problema grave y sucede cuando el cuerpo ya no puede controlar la temperatura, llegando a alcanzar incluso los 40º. Este trastorno se produce “por la pérdida de líquidos en forma de sudor secundaria a una exposición prolongada al sol o a la realización de ejercicio físico intenso”, relata la doctora Schorr. Por ello, para prevenir esta grave situación debemos asegurarnos que reponemos los líquidos necesarios y evitar esas situaciones límite.